Sacá a tu cachorro al mundo y exponelo a los olores y sonidos que lo rodean. Hacé que los tiempos de socialización sean cortos, regulares y menos intensos. Recordá que todavía es pequeño, así que juguetear es todo lo que necesita en este momento.

Hacele una introducción al agua, los parques y tus entornos exteriores favoritos. Incorporá lentamente las habilidades necesarias para las futuras actividades diarias, sin exponerlo a ningún riesgo físico para el crecimiento de los huesos, las articulaciones y los músculos del cachorro. Podés empezar a ponerlo en forma para ayudarlo a desarrollar fuerza y estimular su mente y cuerpo.

Comenzá enseñándole a tu perro adulto a realizar tareas específicas relacionadas con correr, nadar y cualquiera de tus actividades favoritas. Decidir cuándo comenzar a entrenar dependerá de la talla y la base de entrenamiento conductual de tu cachorro. Consultá con tu veterinario antes de comenzar un programa de entrenamiento.